El excremento de perro es una carga ambiental sorprendentemente grande.
Aunque no se compara con la creada por las operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés) de la agricultura industrial, las bacterias, virus y parásitos presentes en los excrementos de perro pueden ser un problema.
A menudo se dice que los residuos de perro no se pueden utilizar para hacer composta, debido a que contienen posibles patógenos.